El olor a cigarro se apodera del cuarto.
Son las cuatro y cinco de la mañana de un jueves caluroso. Y yo voy por la tercer taza de café y la segunda caja de cigarrillos.
Es increíble como la sensación de angustia e impotencia queda atragantada en mi garganta. Nunca fui buena para este tipo de cosas.
Lo siento como un nudo, que sube y baja sin importar lo qué.
Y me emanan ganas de llorar, dejar caer lágrimas por un rato. Pero ese mismo nudo me lo impide. Es más fuerte que yo.
Se supone que hay que vivir cada día como si fuera el último, pero yo vivo cada día como si fuera el primero, confiada de que le siguen muchos más.
A eso se le llama Cobardía.
Hay quienes olvidan rápido y sin secuelas. Y estamos los que queremos olvidar, pero no podemos.
Quizá ese encuentro fue el desencuentro que más marcada me dejará de por vida. Incluso, más que el anterior.
Pero eso nunca lo entendiste, nunca fuiste capaz de leer entre líneas.
Quizá porque nunca me quisiste en realidad. Y quizá por eso, es que olvidas tan rápido.
O tal vez sí, tal vez me querías, e incluso pudiste llegar a amarme, pero no en su total exactitud.
Ningún hombre pudo amarme en su total magnitud. Siempre hubo un “pero”, un obstáculo. Y sí, yo me encargué de encajar cada obstáculo como si fueran piezas de un rompecabezas.
¿Miedo tal vez? ¿Inseguridad?.
No, simplemente inmadurez.
Y los recuerdos se tornan en tormentos. Tormentos nostálgicos, esa nostalgia que ni el viento se pudo llevar, que es más fuerte que vos y yo.
Nostalgia que hace mal, pero que hace bien.
Nostalgia que me alimenta, pero que con el correr del tiempo, me consume cada vez más.
Son como los pequeños golpes de los que habla Vallejo, la única diferencia es que para Vallejo, los golpes son pequeños y vienen por separado.
A mi me tocaron juntos y enormes.
¿Viste cuando te ponés a reflexionar de cosas tan relativas, como la vida; por ejemplo.?
Bueno, eso a mi me pasa MUY de vez en cuando, o sea, puedo sentarme a reflexionar acerca de mi existencia o carencia de la misma, del humanismo. Puedo sentarme a pensar acerca de lo que pasó, lo que está pasando y lo que va a pasar, tomar conciencia de que ya estoy bastante pelotuda y tengo que encarar en otros ámbitos.
Decir "sí" o "no", pero nunca más "no sé".
Dejar las dudas de lado, en ésta vida la competencia es ley, aquel que no está seguro de sí mismo, lo pasan por arriba. Ya lo dijo un Profesor de la FDER..: "Miren las caras que están a su alrededor. Miren bien. No se olviden de esas caras. La mitad no se va a recibir, y la mitad que se reciba, va a ser LA competencia. Y como en toda competencia, solo hay uno que sale ganado.".
O Sea, en pocas palabras..Aplastá al más débil. Superviviencia del más apto. Maldito Spencer ¬¬.
Ok, esto no es bueno, estoy payando mucho, cuando debería ordenar mi cuarto [que es la tercer guerra mundial] y luego de eso, tendría que LEER un par d cosas.
Pero conociéndome, NO lo voy hacer.
Oh sí, soy re Rebelde Way.
3 comentarios:
No, la supervivencia del mas fuerte y la selección natural es Darwinista (Spencer copia, copia Spencer). Maldito Darwin.
Chau Silvina.
Ya se lo dije a mr barcito lácteo:
"El blog de silvyna es de silvyna. O sea, es de silvyna."
Supervivencia y preeminencia son dos cosas distintas. Háganle caso a Vilfredo Pareto y afilen sus serruchos.
Maquiavelo goes the world.
Publicar un comentario